Fue una noche larga, llegué con el tiempo justo para bañarme y salir. Antes de tomar las llaves un escalofrío me paralizo, algo no andaba bien, pero aun estaba un poco ebria y no había sueños que recapitular.
Después de mi primer clase salí a desayunar. En mi estado la fila parecía inmensa, tome un muffin y me serví café. Mientras esperaba, pensé en el método más efectivo y accesible para quitarme ese “frío de huesos”, visualice un sitio soleado, tranquilo y alejado, pedí unos Marlboro rojos e incline el rostro para revisar mi bolso en busca de efectivo, al incorporarme me tope con tu reflejo: venías caminando con Rodo, ambos sonreían. Por un momento dude, que harías tú en la universidad. ¿Sí, qué diantres harías tú ahí? Tome la cajetilla, y salí maldiciendo.
Ese mismo mes te había visto en el cine de la mano de aquella chica, y cruzando una avenida. Siempre te evite y ahora, decidías aparecer aquí.
Terminé el examen y salí de inmediato. Cuando estaba por arrancar me interrumpió el rechingado sonido del celular vibrando sobre el tablero
-Reina olvidaste tu libro
Deje el motor encendido y regrese respirando hondo.
Después de mi primer clase salí a desayunar. En mi estado la fila parecía inmensa, tome un muffin y me serví café. Mientras esperaba, pensé en el método más efectivo y accesible para quitarme ese “frío de huesos”, visualice un sitio soleado, tranquilo y alejado, pedí unos Marlboro rojos e incline el rostro para revisar mi bolso en busca de efectivo, al incorporarme me tope con tu reflejo: venías caminando con Rodo, ambos sonreían. Por un momento dude, que harías tú en la universidad. ¿Sí, qué diantres harías tú ahí? Tome la cajetilla, y salí maldiciendo.
Ese mismo mes te había visto en el cine de la mano de aquella chica, y cruzando una avenida. Siempre te evite y ahora, decidías aparecer aquí.
Terminé el examen y salí de inmediato. Cuando estaba por arrancar me interrumpió el rechingado sonido del celular vibrando sobre el tablero
-Reina olvidaste tu libro
Deje el motor encendido y regrese respirando hondo.
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Nos encontramos en el descanso del primer piso. Esta vez no había como perderme, no había como perdernos. Apreté el libro contra mi pecho, te miré a los ojos y dije: hola. Te acercaste sin hablar, apoyaste tus manos en mi cintura. Nos besamos despacio, boba e ingenuamente. Como si nunca te hubiese mentido, como si tu mano izquierda no hubieses sostenido la manija de mi puerta un año antes, y me hubieras dicho: por favor…dime que no me vaya
Que loca tu historia, como si nunca hubiera pasado nada. Todo depende de cada uno.
ResponderEliminarBesos,
Anthony
Mujer! Me encanta, definitivamente me en-can-ta la manera en que escribes!!
ResponderEliminarMe encanta que pases a visitarme y a leer el montón de estupideces que he escrito últimamente. Te lo gradezco un montón!
Te mando besos y abrazos, muchos y tantos!
Y de verdad se podrá aparentar que no pasó nada?
ResponderEliminarPues es simplemente cosa de borrar todo lo que entró en ese paréntesis. Las palabras claves serán esas: "Dime que no me vaya"
ResponderEliminar-Anthony ya te extrañaba,
ResponderEliminarCon ese hombre y conmigo todo era tan raro, como si el tiempo perdiese su continuidad…
-¡Lia preciosa! Si me tienes picadísima con la historia, siempre me engaño pensando que es el final pa’ no desesperar.
Leerte es como ese primer sorbito al expresso.
Besos,
-NTQVCA: Sí tan sólo uno fuera distinto… porque amor no falto.
-Raulín Raulón: “no te vayas” qué bien suena…
el valor de quedarse no puede ser consecuencia de la voluntad del otro
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