viernes

Diálogos que sólo entienden Soledad y el Gato

-New York me duele tanto. Aun más que el nombre de Carolina
El Gato se arrima con sus ojos grandes bien abiertos, ronronea un poco
-¡Ay, Soledad! ¡Qué cosas tan raras dices!
Deja pasar tres segundos, y la besa en la boca

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