-New York me duele tanto. Aun más que el nombre de Carolina
El Gato se arrima con sus ojos grandes bien abiertos, ronronea un poco
-¡Ay, Soledad! ¡Qué cosas tan raras dices!
El Gato se arrima con sus ojos grandes bien abiertos, ronronea un poco
-¡Ay, Soledad! ¡Qué cosas tan raras dices!
Deja pasar tres segundos, y la besa en la boca
No hay comentarios:
Publicar un comentario