miércoles

De trenzas y juegos de fe

Recibí tu llamaba, salí para encontrarte. Lucías tan distinto, tan de revista. Llevabas el cabello corto por primera vez en los últimos 8 años, los rasgos más afilados, el mismo aroma. Nos abrazamos y salimos rumbo al centro. Entramos a un café, donde como siempre, todo el mundo parecía conocerte. Ordenaste en mi nombre, sin preguntar:
-Un expreso doble helado, y un poco de leche para mí; un expreso triple para la señorita
-No me veas así, sé que a pesar de que quedamos de comer juntos, dudaste que llegaría y comiste; y he probado el café aquí. Tendrá el sabor justo.
Me acercaste demasiado con el pretexto de escucharme mejor, me hablaste de Adriana, de la Doctora, de tu mamá y hermanos, de lo cercano que estaba el aniversario de tu papá. Me pediste que fumara contigo y tomaste una de mis trenzas
-¿Alguna vez te he dicho, cuánto me gustas?
Moviendo la cabeza respondí que no, y era verdad.

Cancele mis asuntos de la tarde y te acompañe a ver salas. Daba gusto caminar por ese centro lleno de lucecitas, tomados de la mano, jugando a ser pareja.
Caminamos por horas, llegamos a tu moto cansados y hambrientos. Me pusiste unos guantes grandísimos y me arropaste antes de subir. Con y sin el pretexto del frío me pegue a tu cuerpo. Metiste mis manos en las bolsas de tu chamarra. Acariciaste mis piernas, mi cadera, me miraste por el retrovisor y arrancaste. Sonreí y pensé: todo tú eres una insinuación, segundos después te lo dije aun sonriendo. Me abrace a tu ego.

Te miré mientras esperábamos la cena, era tan extraño ver como te habías convertido en hombre, como de un día a otro todos parecían estarse haciendo hombres.
En medio de la charla me pediste que me casara contigo, sonreí y como cada vez que hablabas de ese tipo de temas repetí tu nombre completo y para terminar dije ¡por favor!, a pesar de mis reacciones, no puede evitar saberte distinto.
Minutos después, antes de ordenar una Coca Cola, me preguntaste si aun estaba en pie eso de tener un hijo. Años atrás mientras mirábamos infomerciales, como si tuviéramos algún tipo de relación estable; me propusiste tener un hijo, reí como siempre…
-¿Ahorita, ya? Y como si fuera necesario te explique que ni siquiera sabía si quería tener hijos algún día.
-Entiendo, pero de verdad si algún día quieres tenerlos, búscame.
-¿Y que tal, si ya estas casado y todo eso…?
-No importa. Búscame.
Exhale despacio regresando al ahora del café
-Quizás en unos 3 años.
-¿Para qué 3 años? Acepta que nos quedarían bien bonitos
-Tengo muchas cosas que hacer antes
-Ay, niña. Si yo voy a estar ahí para que no tengas que dejar nada.

Termine mi ensalada y me llevaste a casa.

Llegamos tiritando, te pedí permiso para quitarme los tacones, termine en camiseta y pantalones de dormir. Deshiciste mis trenzas, fuiste por aceite y sobaste mis pies, mis piernas, mis manos. Me deje mimar, me acurruque. Cuando estaba a punto de dormir, comenzaste a besarme, a acariciarme lento, concienzudamente. Hasta que no quedo un espacio que sintiera mío. Me pediste que te abrazara justo en el momento que entraste en mí.
…y así fue, te abracé fuerte, te recibí. Como si no te conociera y creyera en nosotros…

7 comentarios:

  1. nocaut técnico dichoso, una flor que se cierra al anochecer...
    hermoso, linda, hermoso...
    le dejé un regalo en mi blog... vendrá?

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  2. Hola, a ti que disfrutas de la literatura y escritura te recomiendo el libro El Quinto Dragón. Y te invito que visites mi blog: http://elquintodragon.blogspot.com/
    Saludos.

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  3. No quieras nada aún pero a la vez lo quieres todo.

    Eterna confusión!!!

    Anthony

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  4. Diooossss! Qué fuerte y qué envidia! Hay personajes que aunque una quiera, simplemente no se van, a veces se ausentan en un cajón lejano de la memoria, pero resurgen como si hubieran estado ayer mismo ahí, juntito de una.

    Gracias por haberme pasado a visitar por mi blog, vaya que extrañaba tu presencia!

    Un beso, un abrazo y un tequila.

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  5. -Anthony: Ahora sí, que como dice una canción: te dejo, me dejo y creo en las mentiras...
    Igual aun tenemos el "día siguiente" pa' volver a la realidad

    -Lia preciosa, me encanta leerte, qué lindas tus visitas.
    Besos, muchos...

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  6. Qué bárbara, qué manera de contar tus historias. Casi haces que me cambie de bando... casi.

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  7. Como dices hay personajes que nunca se van!! siempre vuelven y a veces solo a atormentarte y confundirte...
    que malo q siempre tengamos que despertar....

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