lunes

Dulce de leche.

Tú y nuestra historia, se parecen a las hormigas rojas que se me trepan en todos lados, a las cobijas de retazos que hacia mi nana. A las pinches matemáticas para las que era tan buena, al polvoriento café turco. A los rezos de los que me prendía para cruzar corriendo el patio de Jiquilpán, a los regaños de mi abuela, y a la atroz libertad de mi madre.
Tú, y nuestra historia, se parecen a ese trago de aire que uno se echa antes de aventarse al agua.

4 comentarios:

  1. sin duda, una buena historia...
    Tnf25

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  2. No pude entrar a tu Blog, siempre es bueno tenerte por aquí.

    Hoy puedo ofrecerte un té de eucalipto con unas gotas de limón y miel.

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  3. Una vez más: ¡qué imágenes tan sugerentes!, comparar una historia de amor (y desamor) con "hormigas rojas que se me trepan por todos lados", "la atroz libertad de mi madre", en fin, cada imagen es una bofetada y una caricia al mismo tiempo. Te dejo este poema de Sabines que seguramente conoces, y que ahora quiero compartir contigo:

    "Tú eres mi marido y yo soy tu mujer.
    Tú eres mi hermana y yo soy tu hermano.
    Tú eres mi madre y yo soy tu hijo.
    Los dos somos nada más uno.
    Tú te abres y yo te penetro.
    Tú eres María y yo soy José.
    Tú me abrazas y yo te envuelvo.
    Tú eres mi sangre y yo soy tu piel.
    Carmen y Rosa, Berta y Beatriz,
    Carlos y Pedro, Jorge, Rubén,
    tú eres el vaso, el agua, la piedra,
    el carbón, el vinagre, la miel,

    yo soy tu boca, tu mano, tu ombligo,
    tu oreja, tu lengua, tu uña, tu pie.

    Los dos somos nada más uno,
    somos qué, cuándo, quién.

    Tú eres mi hija, mi nieta, mi extraña.
    Yo soy tu marido, tú eres mi mujer".

    Te envío un abrazo con rosas y geranios. Sigue escribiendo.
    Rogelio

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  4. No conocía el poema, ¡qué maneras las de Sabines! Gracias por compartirlo.

    Hoy no tenemos café, pero hay té de hojas de naranjo.

    Recibo el abrazo.

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